Preguntas Frecuentes
Preguntas Frecuentes
¿En qué consiste esta Terapia?
Es un proceso en el que defines, emocional, energética y físicamente, cómo te encuentras contigo mismo y tu entorno en el momento en que decides comenzarlo, para desde ahí, centrar cómo quieres ser (estar y manifestarte en el Mundo con los demás) a corto plazo, concretando tus propias metas.
¿Cómo? Recapitulando quién eres a través de tu visión interna, de tus experiencias vividas, accediendo a tu potencial regenerador -transformador, soltando lo que no te sirve para conectarte con tu cuerpo y ser interno (hay muchos modos de llamarlo: autoconciencia, ser interior, alma, psique etc.. ) que busca tu evolución.
En las sesiones hay una parte hablada con la terapeuta y otra, donde a través de una relajación guiada, se trabaja en otro nivel de estado de conciencia, los motivos que nos ha llevado a experimentar la Terapia.
Es más sencillo de lo que parece, ya que accedemos a ese estado antes de dormirnos cada noche de un modo natural. La diferencia es que, en consulta hay un diálogo terapéutico completamente consciente viajando con nuestra mente o imaginación en el tiempo –pasado, presente, futuro- pues estamos en un espacio sin tiempo.
La facilitadora solo es la terapeuta que te acompaña anclando recursos que ya están dentro de ti, reforzando en tu interior los que eliges por decisión propia para los cambios acordados. En este camino eres el protagonista ,director/a y actor/a de tu propia vida
Preguntas Frecuentes
La cita informativa es imprescindible, en ella explico con detalle cómo funciona la terapia: procedimientos, alcance, así como sus límites.
Contestaré a las dudas que se puedan tener sobre ella y valoraremos si estoy capacitada para ayudarte. Esta cita es presencial GRATUITA y no implica ningún compromiso por tu parte.
La Terapia Evolutiva Integradora es un proceso progresivo que da muy buenos resultados, si la persona realmente se implica activamente para afrontar sus problemas y dificultades desde otra óptica más amplia y creativa. El número de sesiones va a depender de varios factores, aunque es una terapia breve requiere de varias sesiones. Como media, las personas que siguen todo el recorrido, suelen lograr muy buenos resultados con aproximadamente 5 sesiones. Aunque también hay casos de menos sesiones la necesidad es muy concreta.
Cada persona es un mundo que está en continuo intercambio con otro mayor (los demás seres, la naturaleza y el Universo del que formamos parte) Nuestra percepción de ese intercambio también es única, además de cambiante.
La parte lógica (y esto va a depender de cada individuo) tiene que validar o consentir, con el procedimiento a seguir, para que se produzcan los cambios en la dirección que la persona necesite y que parte de ella (esto es muy importante). Sentir confianza con el facilitador/a (terapeuta) para que se cree ese espacio de transformación. Al mismo tiempo, el terapeuta tiene que conocer sus límites. Por eso la información presencial gratuita y sin compromiso es fundamental, tanto para la persona interesada como para la terapeuta o facilitadora.
Un proceso o recorrido quiere decir, un número de sesiones. A veces es muy rápido, otras es necesario ir adaptándose poco a poco.
La duración de la Terapia depende de las particularidades de cada persona y del problema que tenga. No se hace una sola sesión (en ningún caso, esto es magia ni se dan expectativas relámpago falsas) sino que hay un compendio de disciplinas teórico-prácticas detrás de la Terapia que dan orden, respeto, protección, confidencialidad, estudio y unas etapas a seguir entre cliente y terapeuta. Así como un código deontológico donde el primer principio hipocrático es “No Hacer Daño”.
¿Esto es hipnosis?
En la parte donde se utiliza la relajación guiada, es solo eso: una relajación, por tanto no es hipnosis sino un trance ligero similar a la meditación o duermevela antes de dormir, con la diferencia de que hay diálogo una vez terminada la relajación guiada. En otros casos, se consigue simplemente una relajación más o menos profunda a nivel corporal.
Es un estado, insisto, muy natural y necesario (relajar el cuerpo-mente para nuestro bienestar).
La persona tiene la capacidad de decisión en todo momento, y no hay pérdida de control en ningún caso.
Sesión a sesión la persona se familiariza con soltar las tensiones con más rapidez y esto ya de por sí es terapéutico.
Pueden realizarla las personas interesadas en su desarrollo personal, crisis pasajeras, inseguridades, fobias, miedos, falta de autoestima, bloqueos emocionales, problemas de comunicación, pérdidas afectivas, trastornos del sueño, procesos de cambio, problemas de relación con el “otro”, etc.
Contraindicado en enfermedades mentales graves, medicados con fármacos o no (psicosis, esquizofrenia, alucinaciones, depresión mayor, etc…) Enfermedades neurológicas como epilepsia y otras enfermedades o lesiones neurológicas que afecten al funcionamiento cerebral. Deficiencias mentales. Enfermedades cardiovasculares graves, o donde haya riesgo. En estos casos sólo con médicos especializados.
Tampoco con niños pequeños. En caso de existir cualquier enfermedad diagnosticada relacionada con sus conflictos emocionales o no, y si hay medicación farmacológica de cualquier tipo, debe comunicarlo a la terapeuta para valoración.
Este abordaje que estás leyendo es siempre complementario, bien preventivo o coadyuvante a otros tratamientos médicos y/o psicológicos, si existieran, nunca en ningún caso, interfiere en ellos.
¿Y si no puedo relajarme?
Las personas familiarizadas con la relajación no suelen tener dificultad, hay otras que pueden estar muy sobrecargadas o sienten un temor –amenaza- ante lo desconocido.
En estos casos, se da un pequeño margen –una o dos sesiones- a modo de juego. Ir experimentando que cuando soltamos poco a poco el cuerpo, la mente se relaja y a partir de ahí todo son ventajas. No hay un modo de hacerlo bien ni mal, ya que relajarse es un proceso natural como el juego, salvo que haya condicionantes particulares que lo impidan.
El temor suele venir de la falta de práctica para soltar las tensiones físico-emocionales-mentales (tal vez se lleve años o toda una vida en tensión crónica) y también de la desconfianza natural a que alguien extraño invada el espacio interno. Sin embargo, este espacio entre ambos es sagrado y solo se creará si la persona así lo decide, entonces los dos –cliente/terapeuta- consiguen esa “com-unión” donde se compenetran para conseguir las metas pactadas al inicio.
Es fundamental e imprescindible que la persona sienta que está protegida, escuchada, comprendida, respetada, validada y acompañada, siendo ella la que decide en todo momento.
La duración de las sesiones es aproximadamente de 1h 30min. La frecuencia entre una sesión y otra dependerá de cómo se encuentre el paciente. Recomiendo hacer una semanal durante el primer mes e ir viendo la evolución. Se van distanciando cada quince días o un mes cuando hay más autoconfianza apreciándose la mejoría en la vida cotidiana.
En cualquier caso, me adapto a la frecuencia que se pueda según cada caso particular, también se concreta más en la cita presencial
Es un profesional formado en anatomía, fisiología, bioquímica, patología, microbiología, psicología y que ha estudiado la fitoterapia, las correcciones nutricionales, masajes y hábitos de vida necesarios, junto con los principios humanistas de la psicología, para prevenir enfermedades y/o mejorar la salud de las personas que solicitan sus servicios.
No necesariamente. Si se trata de un médico naturópata entonces se licenció en Medicina y además terminó también Naturopatía, ya que las terapias que conoce un naturópata no se estudian en la carrera de Medicina (Fitoterapia, Nutrición y Dietética, Medicina Tradicional China, Reflexología Podal, Esencias florales, Psicología).
Asimismo, un naturópata puede ejercer la naturopatía sin ser un médico, en este caso, se trata de un profesional parasanitario, pues son estudios diferentes y planteamientos distintos.
El marco de actuación de un naturópata es como complementario de la salud, por tanto, nunca debe interferir ni mucho menos sustituir cualquier tratamiento médico y/o psicológico.
La tarea de un naturópata es potenciar las defensas naturales del organismo mediante lo explicado en el apartado naturopatía.
El naturópata no hace diagnóstico ni receta medicamentos en ningún caso, no es su cometido, sino que a través de los síntomas que refiere el paciente y el estudio de su anamnesis (recogida de información relevante durante la consulta terapéutica) recomendará plantas medicinales, complementos nutricionales, pautas dietéticas y hábitos saludables para cada caso particular, valorando las contraindicaciones o interacciones de sus recomendaciones con tratamientos farmacológicos, si fuera el caso.