Mi búsqueda para intentar comprender la relación entre el ser humano y la naturaleza de la que formamos parte me llevó a estudiar Naturopatía. En sus diferentes ramas me enamoré especialmente de las propiedades medicinales de las plantas (la fitoterapia) y de la psicología (la manera en la que los diferentes síntomas mentales inciden en nuestra salud y enfermedades). De este modo, estudié los principios homeopáticos y la materia médica que integra estos dos aspectos: el poder curativo de los medicamentos homeopáticos en diluciones mínimas, ordenando el psiquismo con su manifestación en el cuerpo físico.

La curiosidad de la importancia de con qué y cómo nos nutrimos con su consiguiente repercusión en nuestra vitalidad, me condujo al estudio de Micronutrición y Dietoterapia.

A lo largo de este recorrido apareció ante mí la Terapia Regresiva, en mis primeros años de consulta como naturópata mostrándome que, además de seres físicos y emocionales, somos también seres espirituales que vivimos en un cuerpo con fecha de caducidad.

Con la práctica de la meditación y Mindfulness voy descubriendo que es muy importante sentir que estoy presente para fabricar un futuro mejor, mientras que sesión a sesión con mis clientes, se desplega ante mí la memoria del alma de las personas con un propósito: transformar el sufrimiento en aprendizaje útil para su evolución.

Asistí a la formación completa S.O.S. del Dr. Garnier Malet, autor de la teoría del Desdoblamiento del  Espacio y del Tiempo, en un momento clave que me ha hecho dar un giro profundo en mi concepción terapéutica y de vida.

He continuado mi trabajo con pasión y con todo lo que mis maestros y pacientes me han ido enseñando a lo largo de estos años: lecciones que no se aprenden en los libros.

Sin duda, todas y cada una de estas personas que acudieron a mi consulta a lo largo de estos 20 años, han sido mis mejores mentores y desde aquí mi agradecimiento por la confianza depositada en mí, como acompañante terapéutico, en un proceso que también ha sido el mío.