Silencio y cerebro

El espíritu sereno genera pensamientos que curan.

Marcus Raichle demostró que un cerebro en reposo consume casi tanta energía como cuando efectuamos una tarea cognitiva o concentramos nuestra atención, esta energía no vinculada a ningún pensamiento en particular fue denominada por Raichle «la energía oscura del cerebro», en referencia a la energía oscura del cosmos, y supone más del 70% de la energía total.

La naturaleza de la actividad cerebral en reposo sigue siendo desconocida, pero los neurocientíficos afirman que es vital para el buen funcionamiento cerebral.

Según la investigación del neurocientífico Michel Le Van Quyen ese silencio cerebral permite su regeneración, así como la creatividad, la memoria y la construcción de uno mismo.

Hay un silencio exterior en la ausencia de ruidos (bastante difícil de encontrar, en su lugar podemos dejar que acudan a nosotros los sonidos de la naturaleza), y otro interior, cuando logramos que disminuyan los pensamientos. Los dos son necesarios para nuestra salud.

Mindfulness es un camino para mirar hacia adentro, aquietarnos y experimentar esa «energía oscura del cerebro» como fuente de creatividad y sensación de bienestar, como un cosquilleo en la punta de los dedos o escalofrios en el cuero cabelludo. Estas sensaciones se asocian a la secreción de dopamina (la hormona de la felicidad).

Naturalmente no es coser y cantar, es menester hacer el hábito, a modo de entrenamiento, puede ser con un programa de 8 semanas dirigido por un/a instructor/a para que podamos experimentarlo en carnes propias.

Cerrar los ojos y llevar la atención a nuestra propia respiración por unos minutos ralentiza las ondas cerebrales y damos un descanso a nuestro cerebro, merece la pena intentarlo para continuar en ello.

Sesiones diarias de relajación profunda baja la frecuencia cardíaca, disminuye la presión arterial, disminuye el cortisol y el sistema inmune se ve reforzado.

Ante tanto ruido, es como entrar en un oasis, aunque en ocasiones estemos agitados, es una razón de más para agendar nuestros momentos de silencio interior diario.